16 de marzo de 2008

Bájalo de la Cruz.

La primer luna llena posterior a la primavera boreal llega una vez más y con ella la fecha más importante de la comunidad cristiana, para recordar la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Cuarenta días de preparación previos a la Semana Santa, que inician por el arrepentimiento y la reconfirmación de creer en el evangelio, crean la atmósfera más propicia para que los devotos demuestren ser personas más compasivas y generosas con el prójimo.

La tradición cristiana prescribe que el único Hijo de Dios, Jesús, bajó del cielo y encarnó para cumplir dos propósitos específicos de su Padre:
* Dar a la humanidad una nueva doctrina basada en enseñanzas y un ejemplo de vida y;
* Establecer una alianza nueva y eterna entre Dios y los hombres, mediante la inmolación de su cuerpo, ofreciendo la salvación del mundo.

Este es uno de los dogmas pilares del cristianismo y por tal un tema axiomático. Por lo menos, para quienes por voluntad propia han aceptado creer sin darse a la tarea de tratar de comprender los motivos que orillaron al Creador del Universo a descender de su morada celeste en forma de su propio Hijo y llevar a cabo tales misiones.

Jesús resumió todos los preceptos Judíos en un solo: Ama a Tu Prójimo como a ti mismo, enseñando a sus discípulos a amarse entre ellos como Él los había amado y a convertirse en seres humanos mas compasivos y generosos, de modo que no queda duda alguna referente a la primera de sus misiones.

Sin embargo, el sacrificio de su propio cuerpo sugiere una adaptación de lo acontecido a creencias preexistentes en las tradiciones judías como lo era el Korban, o sacrificio de animales, como ofrenda a Dios durante las fiestas de Pascua y Yom Kipur. Es decir, si en las fiestas de Pascua todos los judíos debían ofrecer un animal como sacrificio y Jesús fue torturado y asesinado en estas fechas, entonces su muerte debió ser el sacrificio a Dios más importante de todos los tiempos, convirtiéndose así en el Cordero de Dios.

Este razonamiento basado en conceptos de sacrificio primigenios, dio como resultado un entendimiento de que Jesús vino a “salvar” al mundo con su autoinmolación. La pregunta que se deriva en automático es: Salvar al mundo de que..? De nuevo, con apego a la imagen de Dios judía, la nueva alianza de Jesús basada en su propio sacrificio, salva a la humanidad del castigo de Dios que todos los pecadores “merecen”.

De este modo, la misión de Jesús era la de aplacar la venganza de su Padre y detener sus castigos que en el pasado lo llevaron a quemar ciudades (Sodoma y Gomorra) y a inundar el mundo entero (Diluvio) para deshacerse de todos los hombres no merecedores de vivir. En otras palabras, su Padre lo envió a sufrir la muerte mas horrible para aplacarse a si mismo.

Aparentemente, la cultura religiosa judía basada en sacrificios de animales fue la base de la interpretación del significado de la muerte de Jesús como un sacrificio divino, lo cual es relativamente entendible porque no tenían otra forma de interpretarlo; o bien, esa interpretación se adecuaba a lo que estaban deseosos por creer.

Como este tema es indiscutible por ser dogma y a la vez paradójico y un tanto ingenuo, los estudiosos en los últimos años han cambiado su atención a la Pasión, reemplazándola por algo más importante y trascendental en la vida del Nazareno: su Ascensión. Pero no interpretando su ascensión como un ascenso vertical de regreso a la morada celeste para sentarse a la derecha de su Padre, sino a la ascensión como es vista por la mayoría de las tradiciones místicas del mundo, que se describe como la absorción de la totalidad de Dios en su pequeño Ser, como una gota de agua que absorbe la totalidad de los océanos.

Jesús prometió que todo aquel que crea en Él, hará las cosas que el hace y cosas aún mayores a éstas (Jn 14.12), y de ninguna forma estaba invitando a ser sacrificado y resucitar, sino mas bien a hacer las obras que Él hacía y a ascender como lo hizo Él.

Aprenderemos el camino a la ascensión sacrificando y crucificando a Jesús una y otra vez, año tras año, con sentimientos de culpa y arrepentimiento? Definitivamente no. Para lograrlo hay que primero bajarlo de la cruz y buscar aprender de Él a través de todas las fuentes de información existentes, canónicas y no canónicas, místicas y no místicas.


Rod SG