Tuvieron que pasar 400 años para que la condena y muerte de Giordano Bruno fuera catalogada como un “hecho lamentable”, según las palabras de Juan Pablo II, sucesor de quien en su momento lo condenó a ser quemado vivo. Sin embargo, aunque lamentó los hechos, Karol Woijtyla no lo perdonó, ya que Joseph Ratzinger, su asesor en temas teológicos y Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (antes Santa Inquisición), sostenía que aceptar la existencia de vida en otros planetas atentaba contra los fundamentos dogmáticos de la Iglesia.
Sin embargo, aunque el Papa Peregrino no perdonó los pecados de herejía y blasfemia de Giordano, el gran interés de JPII por entablar un diálogo entre teólogos, filósofos y científicos de todas las comunidades y religiones del mundo, dejaba ver un entendimiento más amplio del Universo y sus posibilidades que las de su asesor en Teología.
Uno de los dirigentes del Observatorio del Vaticano más destacados en la comunidad científica, el presbítero jesuita norteamericano y doctor en astronomía George Coyne, se desempeñó como Director del observatorio desde 1978 hasta 2006, es decir, durante todo el Pontificado de Karol. Juan Pablo II solicitó al Pbro. Coyne al inicio de su Pontificado que se realizara un festejo conmemorativo a los 300 años del libro de Isaac Newton mas influyente en la comunidad científica hasta nuestros días: “Principios Matemáticos de Filosofía Natural” (1687); solicitando no una fiesta o desfile, sino un encuentro entre Ciencia, Filosofía y Religión, mediante un período de conferencias serias y de un objetivo común.
El objetivo de estas conferencias era el de entablar un diálogo sobre los problemas que traslapan la filosofía, teología y la ciencia. Por ejemplo, la noción filosófica y teológica de la creación, y la exploración científica de cómo el universo comenzó. O bien, la idea de la evolución del universo, el origen del ser humano dentro del universo, y las investigaciones biológicas de la evolución del homo sapiens.
Tolerancia y Diálogo caracterizaron el pontificado del Papa que recorrió 117 países. Apertura a la ciencia, reuniones con líderes de otras religiones, la disculpa pública y perdón por las atrocidades cometidas por la Iglesia durante la Inquisición, marcaron una clara intención del alto mando eclesiástico de si no alinear religión a la ciencia, por lo menos escucharla de una forma seria y enfrentando los retos que la ciencia trae a la Fe, retos que deberían terminar fortaleciendo a ambas partes.
El más fascinante reto que hoy en día enfrenta la Fe Religiosa, es la cada vez más cerca de comprobarse existencia de vida inteligente en otros planetas, misma que el Presbítero y Doctor en Astronomia George Coney ha expresado muchas veces desde 1995.
El científico y a la vez religioso Dr. Coyne, ha escapado de la Mentalidad de la Tierra Plana mostrando al mundo que aunque mantiene su Fe Religiosa intacta, la posibilidad de que exista vida similar a la nuestra fuera de nuestro planeta es muy alta. Con esto, pasa la estafeta al actual Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, William J. Levada, para quien a su vez prepare la Doctrina para incorporar un nuevo modelo de la creación del Universo.
Lamentablemente, al igual que Giordano Bruno, el Dr. Coyne fué silenciado. En Agosto de 2006 fué destituído del puesto de Director del Observatorio del Vaticano por el actual Arzobispo de Roma, Joseph Ratzinger. Sus conclusiones como científico no fueron toleradas por el otrohora líder de la Santa Inquisición (Congregación para la Doctrina de la Fe).
El dato curioso es que sucesor y actual Director del Observatorio del Vaticano, José Funes, ha hecho declaraciones (Mayo, 2008) referentes a que no está mal pensar que existe vida inteligente en otros planetas sin ser destituido. ¿Cual fué la diferencia? Lo hizo un par de semanas antes de que el gobierno del Reino Unido anunciara que implementará un programa de apertura de expedientes secretos del gobierno, sobre la evidencia de vida extraterrestre. Al parecer las evidencias serán contundentes y finalmente se tomarán en serio a nuestros hermanos extraterrestres.
Todo apunta a que el personaje “Dios Padre” deberá reformularse y dejar de pensar en Dios como un Hombre, sino como la fuente de la vida, la totalidad de la existencia y la sustancia de la que están hechas todas las cosas. De este modo, nuestros “Hermanitos Verdes” debieran estar formados de la única materia prima utilizada por Dios para su creación: de Consciencia y Energía. Siendo así semejantes al Dios y semejantes a nosotros mismos, dejando pequeñas diferencias en la composición de los cuerpos encarnados por ambas expresiones de vida.
Rod SG