15 de junio de 2008

El Agua Responde.

Siete años han transcurrido desde que el Dr. Masaru Emoto publicó las primeras conclusiones a sus investigaciones relacionadas con la formación de cristales en agua congelada, siendo éstos la evidencia más fácil de interpretar que soporta las conjeturas en física cuántica relacionadas con la forma en la que la Consciencia afecta la realidad que percibimos,e incluso, afecta la materia misma.

En su libro Los Mensajes Ocultos del Agua, el Dr. Emoto documenta el proceso en el cual descubre que no toda el agua puede crear cristales hexagonales al ser congelada. En un proceso en el cual congela muestras de agua a una temperatura de -25°C, para posteriormente fotografiar la muestra con una cámara de alta velocidad a través de un microscopio electrónico, el Dr. Emoto descubre que el agua de las muestras de agua tomadas de ríos, lagos o manantiales fuera de la ciudad, eran mas propensas a formar hermosas figuras al cristalizarse que las muestras de agua extraídas de contenedores, fuentes, ríos o lagos en el interior de una ciudad cerca de Tokio, Japón. (Ver Procedimiento)

Profundizando en su investigación, el Dr. Emoto enfrascó muestras de agua destilada en pequeños contenedores etiquetados con palabras/frases como: Gracias, Amor, Te Odio, Blasfemia; descubriendo que el agua etiquetada con frases o palabras de agrado, es capaz de formar cristales de agua de formas mas simétricas y elaboradas que el agua etiquetada con palabras o frases de desagrado.

Eternidad.
Házlo..!
El Dr. Emoto llevó más lejos aún su investigación, realizando pruebas sobre agua que no generaba cristales, sometiéndola a un proceso de meditación en el cual los participantes agradecían al agua por darles la vida. El resultado fue simplemente sorprendente.

El agua, fuente de vida, muestra cambios en su forma de crear cristales ante diferentes Palabras, Pensamientos, Oraciones, Música e Imágenes, como si comprendiera las intenciones de cada un de estos estímulos.
Felíz Navidad..! Blasfemia.
Resultados como los demostrados por el Dr. Emoto, exponen las capacidades de nuestra mente, comprobando que nuestro flujo de pensamiento generado por nuestra Consciencia afecta el plano físico que interpretamos como realidad. Es decir, nuestra Consciencia afecta la realidad y con ello enaltece nuestro ser convirtiéndonos en verdaderos creadores. Algo muy distinto a simples creaturas evolucionadas.

El 70% de la superficie de la Tierra está cubierta de agua y del mismo modo, el 70% de nuestro cuerpo está formado por este vital líquido. Si un simple pensamiento de agradecimiento puede transformar el agua, ¿que podríamos hacer por nosotros mismos si tres cuartas partes de nuestro cuerpo están formados del vital líquido?, o mas allá aún, ¿qué podríamos hacer todos juntos con nuestros pensamientos unidos a favor de nuestro planeta?

Rod SG

2 de junio de 2008

Razonando la Imagen de Dios.

Si fuese posible aprender a barritar para entablar conversación con un elefante, pudiésemos entender cómo la humanidad ha transmitido la imagen de Dios a través de los siglos. Al preguntar al elefante ¿qué es Dios?, el paquidermo contestaría: Dios es un elefante blanco, enorme, todo poderoso y capaz de crear o destruir cualquier cosa con un simple movimiento de su trompa. De igual modo, el ser humano ha imaginado y transmitido por generaciones la imagen de Dios como un hombre virtuoso, de barba blanca y de poderes ilimitados.

El hecho de imaginarlo a nuestra imagen y semejanza, como un padre (masculino), le confiere características que degradan su grandeza, puesto que la imagen de Dios heredada a nuestras generaciones es de un Ser que reclama ser amado sobre todas las cosas demostrando ego, que perdona y condena demostrando orgullo, que crea y destruye demostrando poder, que acepta y rechaza demostrando elitismo, entre otras características típicas del ser humano.

Definitivamente, sería complicado y un tanto osado tratar de ofrecer una imagen de Dios apegada a la realidad divina, sin embargo, en un intento por razonar su grandeza resulta no tan complicado describir al Absoluto identificando las características que no puede tener por tratarse de una entidad diferente y mas elevada que el ser humano. A preguntas difíciles, razonamientos sencillos:

¿Tiene Dios forma física definida? No. Si Dios tuviese una forma física definida, entonces existiría en un plano físico y ocuparía un espacio limitado. La entidad de Dios debiese tener una frecuencia de vibración infinita y desconocida que no sería posible dimensionarle físicamente.

¿Tiene Dios un trono con asientos a sus lados? No. Para sentar a Dios habría que darle primero una forma física con la que pudiese sentarse, después darle una silla y posteriormente ubicar la silla en algún lugar “físico”. Dios no tiene forma física definida, no podría estar sentado y por ende nadie podría estar sentado a su lado.

¿Está Dios en el cielo? No. El universo es tan basto e inimaginablemente infinito, pero contenido en algo más grande aun. Contenido en Dios. Dios no está en el cielo, el cielo forma parte de Dios, como también lo forman todas las constelaciones, estrellas, planetas y seres vivos que los habitamos.

¿Dios es Padre? La palabra padre denota género y Dios no tiene género. Esta es la razón por la que se le asocia con un hombre de barba blanca a imagen del ser humano masculino y el principal y más antiguo fundamento de la discriminación femenina. Aunque, si la razón de referirse a Dios como Padre es darle el mérito de haber creado al ser humano entonces sería correcto llamarlo Padre, pero enalteciendo su grandeza como Creador y no como una entidad con género.

¿Dios ama? El amor incondicional es el sentimiento de más alta frecuencia que existe. Si Dios tiene una frecuencia infinita desconocida, entonces el amor es lo más parecido a Dios. El amor debiese estar contenido en Dios, no existiendo amor que no venga de la frecuencia afín de Dios.

¿Dios se enfada? No. Cuando un ser humano se siente superior a otros y cree que el comportamiento de otros lo ofenden, es una demostración de Ego enaltecido. Enfadarse es una característica de irritabilidad típica del ser humano, que nace de su ego; de modo que enojarse es una actitud ego-centrista, es un defecto del ser humano. Dios no podría ser egóico, ergo, Dios no podría enfadarse.

¿Dios castiga y perdona? No. Si por su propia naturaleza Dios no se enfada entonces no tendría nada que perdonar y mucho menos condenar. Este es mas bien un tema cultural de algunos pueblos para controlar masas mediante el miedo.

¿Se le debe temer a Dios? No. Si la única palabra que pudiese describir a Dios es el amor, por que habríamos de temerle. Por más que se le llame el “santo temor” de Dios, temerle sería absurdo.

¿Requiere Dios un Templo? No. Basta con darle un vistazo a la belleza de la bóveda celeste, para darse cuenta que ninguna construcción sería tan sublime como su universo. El templo de Dios es el universo mismo de su creación.

¿Requiere Dios intermediarios? No. Dios puede ser contemplado mediante la oración, el pensamiento o la meditación sin la necesidad de terceros. Solo quienes no se sienten en armonía con su Creador, o que sienten temor, necesitan de un tercero que realice las veces de mensajero para acceder a Dios.

¿Dios quiere que seamos pobres? No. ¿Dios quiere que seamos ricos? No. Dios no tiene necesidad ni preferencia alguna sobre nuestro estatus económico. No quiere o desea nada, solo contempla nuestras expresiones de vida como el Observador Absoluto. La forma individual de amasar riqueza es tan solo una expresión de vida.

¿Un pecado ofende a Dios? No. Pecado viene de la palabra griega “hermetia” que significar errar en el blanco. Quien peca, comete una acción diferente al objetivo, es decir, comete una acción que a ojos de los demás o de él mismo está equivocada. Esto no tiene nada que ver con el "supuesto juicio" de Dios, sino más bien con principios morales contenidos en cada cultura humana, misma que puede ser individual o colectiva.

¿Tiene Dios un nombre? No. Las personas tienen nombre para diferenciarse unas de otras. Dios no requiere de un nombre que lo identifique de entre otros. Dios es simplemente Dios.

¿Dios tiene Padre, Madre o Creador? No. Dios se creó a si mismo mediante su propia contemplación en el vacío, en la nada. Del vacío nace Dios y su consciencia de si mismo.

Si Dios es omnipresente y todo esta contenido en Dios, es mediante la razón y entendimiento de todas las cosas como podemos llegar a conocer a Dios. Conforme hacemos conocido lo desconocido, descubrimos y conocemos más de Dios.

Rod SG

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Dios es la esencia de todo. Es la energía que da vida al Universo. Es la materia prima de todas las cosas, de todas las entidades, de todos los pensamientos y cada uno de los sentimientos. Un Dios de amor completo y sin enjuiciamientos. Que nos ama con un amor mucho mayor del que alguna vez hayamos comprendido; pues Dios es la vida misma que somos, la tierra que pisamos y el aire que respiramos. Es el color de nuestra piel, la maravilla de nuestros ojos y la suavidad de nuestro tacto. Es nosotros en cada momento que somos, en cada pensamiento que pensamos, en cada una de nuestras acciones, incluso en las sombras de nuestras almas.

Dios es el viento sobre el agua, el cambio de las hojas, la simplicidad de una rosa, los amantes en su abrazo, los niños en su risa y el brillo del cabello. Es el sol de la mañana, la estrella parpadeando en la noche y la luna creciendo y menguando en el cielo de medianoche. Dios es el hermoso insecto, el humilde pájaro en su vuelo, el feo y vil gusano. Dios es movimiento y color, sonido y luz. Dios es pasión, es amor, es alegría. Dios es tristeza. Aquello que existe, todo lo que es, es lo que llamamos Dios, el Creador, el Padre, la totalidad de la vida y el amante de todo lo que existe.

Dios no es un personaje singular que se sienta sobre un trono y juzga a la totalidad de la vida. Dios es la totalidad de la vida y no se juzga a si mismo. Es la continuidad y eternidad de todo lo que existe, de todo lo que somos ¿Por que creer que la inteligencia suprema juzgaría y condenaría su propia creación? Porque nos han enseñado a pensar en Dios, sin utilizar la razón, aceptando la imagen de un Ser Supremo con aspectos humanos que nos han heredado por el paso de los siglos.


Ramtha

(El Libro Blanco. Fragmento)